A 160 años de su fallecimiento; Poe aún vive
Pertenece a lo intemporal y a lo eterno, por algún verso y por muchas páginas incomparables.
Jorge Luis Borges (1945)
Pertenece a lo intemporal y a lo eterno, por algún verso y por muchas páginas incomparables.
Jorge Luis Borges (1945)
Al comienzo, antes de presentarles a las autoridades un programa que homenajee a Edgar Allan Poe en el bicentenario de su natalicio, concebimos crucial forjar objetivos, una identidad y una ideología de las celebraciones. ¿Qué es lo que buscaríamos homenajeando a Poe? Unánimemente y con celeridad, decidimos: Mantenerlo con vida. Que siga disparando imágenes, sensaciones y visiones.
Es cierto, el genio del siglo XIX, se despidió de nosotros de una manera inconveniente. No acorde a sus logros. No con la fanfarria, no con los escopetazos al cielo que se merecía ni siquiera con el repiqueteo de las campanas de hierro doblando por su honor. Sin embargo su despedida tan aciaga edificó un mito, una leyenda.
El cuerpo de Poe yace silente en Baltimore, en una tumba orlada con un cuervo donde nuestro Borges se sentó. Allí permanece, allí quienes no concebimos a la literatura sin Poe cuando nos urja ir a despedirlo sabremos que estará. Sin embargo su alma aún vive, aún se posa a leer con nosotros alguno de sus cuentos, nos narra con voz calma sus poesías y nos osa, con furiosa pasión, a que nos aventuremos a rebatir sus ensayos. Ese Poe no ha de morir. Tiene que mantenerse con vida. Seguir inspirando a las generaciones venideras.
Optamos entonces que el mejor homenaje dignificando su paso en la tierra, sea la creación. Establecimos concursos de pintura donde inmensos cuadros graban aspectos diferentes de los trabajos de Poe. Concursos también de fotografía y arte digital, donde se congelen imágenes que nos remitan a Poe. Concurso de historietas donde se le pueda dar una interpretación a sus cuentos. En el edificio más representativo de la cultura de La Plata se forjó un espectáculo operístico que conmovió como cualquiera de los poemas de Poe. Se expusieron los grabados del magnífico Gustave Doré sobre el poema The Raven y se lo leyó, por primera vez, con voz de mujer. Se proyectaron 6 de las más de 150 películas en homenaje a sus cuentos. Se disertó sobre sus trabajos, sobre su paso en el mundo.
Creemos conveniente (dado que mucha de las actividades aún no concluyeron) que el mejor modo de homenajear a Poe, era darle más vida, revitalizarlo, ponerlo nuevamente en el candelero. Que no vuelva a tocar la silente tierra y que no se lo entierre, NUNCA MÁS.
Lautaro Gómez López
Coordinador General del Bicentenario de Edgar Allan Poe en Argentina
Sede La Plata
http://www.poe200laplata.org/